Una aproximación económica al acoso sexual callejero a mujeres en Guayaquil
Por el lado de las políticas públicas, Colombia creó un grupo de agentes policiales encubiertos destinados a resguardar a las pasajeras del sistema de transporte público en Bogotá. Los resultados de esta campaña muestran 121 personas detenidas en el 2014 (Peru21, 2014). En Quito se inició en mayo del 2015 la campaña “Yo cambio por ellas”, con el cual se busca concientizar a los usuarios del transporte público sobre el comportamiento instigador o acosador que podrían tener hacia las mujeres. Con esto, el objetivo era que el 71% de mujeres deje de sentir miedo de ser víctima de acoso sexual en el transporte público de dicha ciudad. (Impulsan campaña contra el acoso a mujeres en buses, 2015). No se dispone de estudios o cifras para evaluar la efectividad de esta política. Asimismo, otra iniciativa puesta en marcha en Quito es el proyecto “Cuéntame”, mediante el cual se recepta denuncias sobre acoso sexual en el transporte público. Las cabinas de “Cuéntame” llevan funcionando casi 10 meses. Estas fueron inauguradas el 16 de diciembre del 2014. Hasta fines de agosto del 2015, se han receptado 274 denuncias, 2 de las cuales han sido procesadas por la fiscalía y han terminado con una sentencia ejecutoriada, privando de la libertad a los agresores. (Proyecto Cuéntame, 2015). En Ecuador, cualquier tipo de acoso sexual contra la mujer es considerado un delito, y está vigente en el artículo 511 del capítulo III del código orgánico integral penal (Código Orgánico Integral Penal, 2014). A pesar de esto, no existen cifras oficiales a nivel nacional para iniciar una investigación en el tema. Sin embargo, desde lo anecdótico, para muchas mujeres el transporte público en Guayaquil, así como el solo hecho de caminar por las calles, son actividades inseguras y de exposición a sufrir algún tipo de acoso sexual o agresión similar. Es así, que en e l año 2014 el Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (CEPAM) presentó a los directivos de Fundación Metrovía un proyecto que consiste en la implementación de buses “rosa” destinados exclusivamente para mujeres.
Lahsaeizadeh y Yousefinejad (2012) encuentran que en Irán existe una correlación significativa del acoso sexual con los lugares públicos, la educación de la madre y el tipo de vestido. Comprueban además que el acoso verbal es el de mayor incidencia, el cual se manifiesta como cu mplidos o críticas a la apariencia de las mujeres. Parish et. al (2006) determinan que en China las mujeres en el mercado laboral presentan niveles significativamente mayores de acoso sexual que las mujeres desempleadas. También determinan que la probabilidad de acoso varía de acuerdo a la ocupación y el atractivo físico de la mujer. El análisis muestra también que las mujeres migrantes, solteras o que viven en ciudades grandes son más propensas a sufrir de acoso sexual, en especial del tipo verbal. Pershing (2003) aborda el acoso sexual en el ejército de Estados Unidos, y encuentra que 96,8 % de las mujeres han experimentado alguna forma de acoso sexual dentro de un período de seis meses, mientras que el 48,4 % reportaron haber experimentado acoso en forma recurrente. Fielden et al. (2010) realizan una investigación sobre el acoso sexual en Reino Unido. En esta investigación se incluyen entrevistas a 17 mujeres las cuales fueron acosadas sexualmente o fueron testigos de acoso sexual en los últimos 5 años. Los resultados indican que las tasas de frecuencia de acoso sexual a las mujeres tienden a ser limitadas con una corta duración independientemente de su origen étnico. A pesar de esto, las mujeres blancas obtienen mayor apoyo al momento de realizar una denuncia de acoso que las mujeres negras.
(1) Utilizar medidas defensivas y de reacción para autodefensa, o
(2) Adaptarse al acoso callejero y modificar sus patrones de comportamiento de tal manera que se reduzca la probabilidad de un incidente.
Autor: M.Sc. Manuel Zambrano | Docente FCSH-ESPOL