La economía del océano ha comenzado a acaparar gran atención por su potencial de crecimiento de cara a los múltiples retos económicos, sociales y ambientales esperados en las próximas décadas. Esta se define como el conjunto de actividades económicas de las industrias marinas, las cuales utilizan capital físico y producen bienes y servicios en valores de mercado y de los ecosistemas marinos que constituyen activos de capital natural y producen servicios y flujos que no se capturan en el mercado, y que en muchas casos proveen de bienes intermedios al sector industrial.
El sector industrial está compuesto de industrias tradicionales como la de pesquerías de captura, extracción de crudo y gas en aguas superficiales, puertos, navieras, astilleros y turismo marino-costero y de nuevas industrias como la maricultura, extracción de gas y crudo en aguas profundas, biotecnología marina, energía eólica y otras energías renovables.
A nivel global en 2010, la riqueza generada por la economía del océano fue de cerca de $1,5 trillones, representando el 2,5% del valor agregado bruto de la economía mundial. Las industrias de mayor riqueza son las de extracción de crudo y gas, turismo marino – costero, actividades portuarias y equipo marino, con el 84% del valor agregado.
En el mismo periodo se ganaron 31 millones de trabajos directos a tiempo completo, de los cuales alrededor del 59% correspondieron a los sectores de pesquerías industriales y turismo marino – costero. Estos indicadores son conservadores y serían más altos si se incluyen los ecosistemas marinos, para los cuales se estima un valor de aproximadamente 2,5 billones de dólares anuales, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Para el año 2030 y en respuesta a los cambios poblacionales, ambientales y comerciales, se espera que el valor agregado bruto generado por las industrias marinas se duplique alcanzando $3 trillones y generando empleo directo para 40 millones de personas, manteniendo su contribución al valor agregado bruto y fuerza laboral global.
Entre los cambios más importantes se espera que el turismo marino-costero tome el protagonismo en la generación de riqueza desplazando al sector de extracción de crudo y gas. Además, se prevé que las industrias emergentes de energía eólica y maricultura, y las de procesamiento pesquero, actividades portuarias y astilleros sean las de mayor crecimiento en riqueza y empleo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Para aprovechar todo este potencial es necesario enfrentar los retos ambientales, de contaminación y explotación que actualmente tiene el océano y asegurar el manejo sustentable del mismo. Para ello será crucial implementar sistemas de manejo costero integrado, así como proteger y valorar los servicios ecosistémicos oceánicos, sobre todo aquellos vinculados con las actividades más importantes y de mayor crecimiento.
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Autora: Liliana Alencastro, Ph.D. y docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas.
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